El Órgano Fiduciario dispondrá cada mes, para la Asamblea, un monto de dinero a determinar al inicio del año fiscal, denominado ‘caja chica’, sobre el cual no ejercerá mayor control, sino que se dejará en manos de la Asamblea el fin último de ese monto. Entre meses, se repondrá el dinero que restase, de lo que hubiese quedado del mes anterior, para alcanzar el valor determinado.