Si en aquel mundo dominado por monopolios depredadores, por la esclavitud, la autocracia y el racismo, los Piratas se dieron a sí mismos igualdad, libertad, autodeterminación y auténtica convivencia multicultural, ignorando toda corrección política de su tiempo, entonces es que reivindicamos su bandera, su legado y su nombre.

Porque nosotros crecimos en la periferia de lo que algunos llaman ilegalidad, navegando caóticos mares culturales, habitando unas pocas y remotas islas liberadas, y no conocemos otra forma de organizamos que no sea bajo un principio de convivencia igualitaria: las Redes de Pares.

Resistimos entonces los monopolios, del conocimiento, la cultura, y el patentamiento de la vida, así como nos resistimos a las metrópolis del presente que depredan los recursos naturales en sus colonias: el planeta entero.

Como Piratas que somos creemos en la libertad, en la diversidad, en la auto-organización, en la horizontalidad, en sentirnos pares e iguales, en democratizar la creación, en la libertad de expresión y pensamiento; y como nacimos compartiendo, creemos en compartir la mayor riqueza que atesoramos como humanidad: la cultura, las ideas y el conocimiento, que liberados del lastre analógico y anacrónico de la escasez, sólo queda liberarlos del pesado lastre de la codicia.

Como Piratas que somos, no somos ingenuos, y sabemos que las mismas armas digitales que nos liberan, nos pueden encarcelar, cercenar y mutilar. Por eso defendemos la privacidad, el anonimato, las redes libres y la neutralidad de Internet, como herramientas de liberación que nos permitan seguir sosteniendo nuestra autonomía, capacidad de organizarnos y resistirnos a las leyes cercenantes.

Como Piratas que somos aprendemos sobre la marcha, construímos sobre la marcha, aprendemos de las históricas luchas por la democratización del conocimiento y la libertad de expresión, y aprendemos de las luchas por proteger nuestros bienes comunes, los recursos naturales: mares, vientos, llanuras y montañas. Aprendemos que la libertad, la solidaridad y el compromiso colectivo son el único camino sustentable para seguir existiendo como seres humanos en este planeta.

Defendemos los derechos humanos por sobre cualquier interés o lobby, considerando a la igualdad, de derechos y de oportunidades, para y entre todas las personas, como un punto necesario para el desarrollo de una sociedad justa y libre. Por esto mismo creemos en el reconocimiento y autodeterminación de las diferentes identidades culturales, de género y de cualquier otro tipo.

En un mundo donde la educación muchas veces es apenas formación para la inserción en el mercado laboral, impulsamos la formación integral de las personas a lo largo de toda su vida, la autoformación, el Libre Acceso a y ejercicio de la Información, Conocimiento, Cultura y Educación.

Creemos en la participación en el gobierno de la sociedad desde las bases, no por representantes o intermediarios. En la transparencia gubernamental como herramienta fundamental para crear ciudadanos críticos, responsables y conscientes, que puedan tomar decisiones con la libertad que les da el conocimiento mismo de las políticas y gastos gubernamentales. En un estado que garantice los derechos de la población por sobre los intereses de los lobbys corporativos. En un desarrollo económico responsable y sustentable, entendiendo que las tendencias extraccionistas destruyen los bienes comunes, condenando a toda generación futura. En la organización horizontal y el consenso. En la resolución pacifica de los conflictos y en la acción no violenta.